Frances "Fannie" Benjamin Johnston, nacida el 15 de enero de 1864, fue una fotógrafa y fotoperiodista norteamericana cuya carrera duró casi medio siglo. Ella es conocida por sus retratos, imágenes de la arquitectura del sur, y varias series fotográficas con afroamericanos y nativos americanos a principios del siglo XX. Nació en Grafton, Virginia Occidental, creció en Washington, y estudió en la Académie Julien en París y la Liga de Estudiantes de Washington después de su graduación de Notre Dame de Maryland Instituto colegial para señoras jovenes en 1883. Una mujer joven independiente y fuerte, escribió artículos para los periódicos antes de encontrar su salida creativa a través de la fotografía después de que ella obtuviera su primera cámara de George Eastman, un amigo cercano de la familia, e inventor de las cámaras Eastman Kodak . Ella recibió entrenamiento en fotografía y técnicas de laboratorio de Thomas Smillie, director de fotografía en el Smithsonian.
Realizó retratos de amigos, familiares y figuras locales antes de trabajar como fotógrafa freelance y recorrer Europa en la década de 1890, utilizando su conexión con Smillie para visitar fotógrafos prominentes y recoger artículos para las colecciones del museo. Ganó experiencia práctica en su oficio trabajando para la recién formada compañía Eastman Kodak en Washington, enviando películas para el revelado y asesorando a los clientes cuando las cámaras necesitaban reparaciones. En 1894 abrió su propio estudio fotográfico en Washington y en ese entonces era la única mujer fotógrafo en la ciudad. Tomó los retratos de muchos contemporáneos famosos incluyendo Susan B. Anthony, Mark Twain y Booker T. Washington. Bien conectada entre la sociedad de la élite, fue comisionada por las revistas para hacer retratos de las celebridades, tales como el retrato de boda de Alicia Roosevelt, y fue apodada como la "fotógrafa a la corte americana." Fotografió al Almirante Dewey en la cubierta del USS Olympia, los niños de Roosevelt que juegan con su potro en la Casa Blanca y los jardines de la casa famosa de Edith Wharton cerca de París. Su madre, Frances Antoinette Johnston, había sido una periodista del Congreso y crítica dramática para el Baltimore Sun y la hija se familiarizo con la escena política de Washington al convertirse en la fotógrafa oficial de la Casa Blanca durante las administraciones presidenciales de Harrison, Cleveland, McKinley, Theodore Roosevelt y Taft.
Johnston era una defensora constante del papel de las mujeres en el floreciente arte de la fotografía. The Ladies Home Journal publicó el artículo de Johnston "Lo que una mujer puede hacer con una cámara" en 1897 y co-curó con Zaida Ben-Yusuf, una exposición de fotografías de veintiocho mujeres fotógrafas en la Exposition Universelle de 1900, que después viajó a San Petersburgo, Moscú y Washington. Viajó extensamente en sus años 30, tomando una amplia gama de fotografías documentales y artísticas de los mineros del carbón, de los trabajadores del hierro, de las mujeres en molinos de Nueva Inglaterra y de los marineros a bordo de los barcos. En 1899, ganó notoriedad adicional cuando fue comisionada por Hollis Burke Frissell para fotografiar los edificios y los estudiantes del Hampton Normal y el Instituto Agrícola en Hampton, Virginia. Esta serie, que documenta la vida cotidiana de la escuela, permanece como parte de su obra más reveladora. Fue mostrada en la exposición de negros americanos en la Exposición Universelle de París en 1900.
Fotografió acontecimientos tales como Ferias Mundiales, firmas de tratados de paz y tomó el último retrato del presidente William McKinley, en la exposición Panamericana de 1901 muy poco antes de su asesinato. Con su compañera sentimental, Mattie Edwards Hewitt, una exitosa fotógrafa de jardines y casas, abrió un estudio en Nueva York en 1913 y se mudó con su madre y su tía. En la década de 1920, se interesó cada vez más en fotografiar la arquitectura, motivada por el deseo de documentar edificios y jardines que estaban cayendo en mal estado o estaban a punto de ser reconstruidos y perdidos. A medida que su enfoque en la arquitectura creció, ella se interesó específicamente en documentar la arquitectura del Sur americano. Johnston estaba interesada en preservar la historia cotidiana del Sur americano a través de su arte. Logró esto fotografiando graneros, posadas y otras estructuras ordinarias.
Sus fotografías siguen siendo un recurso importante para los arquitectos modernos, historiadores y conservacionistas. Exhibió una serie de 247 fotografías de Fredericksburg, Virginia, desde las mansiones en decadencia de los ricos a las chozas de los pobres, en 1928. La exposición se tituló Pictorial Survey--Old Fredericksburg, Virginia--Old Falmouth and Nearby Places, una serie de estudios fotográficos de la arquitectura de la región que data por la tradición del tiempo colonial a circa 1830 definido como un registro histórico y para preservar algo de la atmósfera de una ciudad vieja de Virginia. Johnston fue nombrada miembro honoraria del Instituto Americano de Arquitectos por su trabajo en la preservación de edificios antiguos y en peligro de extinción y sus colecciones han sido adquiridas por instituciones como el Museo Metropolitano de Arte, el Museo de Bellas Artes de Virginia y el Museo de Arte de Baltimore. Aunque su incansable viaje fue restringido por el racionamiento de la gasolina en la Segunda Guerra Mundial, la incansable Johnston continuó fotografiando. Johnston adquirió una casa en el Barrio Francés de Nueva Orleáns en 1940, retirándose allí en 1945, donde murió el 16 de mayo de 1952.