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sábado, 31 de marzo de 2018

Benjamin Abrahão Botto (1890-1938)

Benjamin Abrahão Botto, nacido en Zahlé, Libano en 1890, fue un fotografo libanês-brasileño, responsble del registro iconográfico del Cangaço y de su líder, Virgulino Ferreira da Silva "Lampião". Aunque publicado en periódicos, lo poco que se sabe de la vida de Benjamín Abraham viene de fuentes mezcladas entre los medios historiográficos y los medios periodisticos del ambiente nordestino, hechos que no encajan con la realidad profesional de un secretario, así como de experto operador de equipos de filmación, muy avanzados para la época. A fin de huir a la convocatoria obligatoria por el Imperio Otomano de luchar durante la Primera Guerra Mundial, emigró a Brasil en 1915. Abraham fue secretario del Padre Cícero, y conoció al cangaceiro Lampião en 1926, cuando éste fue hasta Juazeiro do Norte a fin de recibir la bendición del célebre vicario y la patente de capitán, para auxiliar en la persecución de la Columna Prestes. En 1929 Abrahán fotografió al líder cangaceiro al lado del sacerdote. Después de la muerte del Padre Cícero, Abrahán solicitó y obtuvo del "Rey del Cangaço" el permiso para acompañar al bando en la caatinga y realizar las imágenes que lo inmortalizaron. Para ello tuvo la asociación del cearense Ademar Bezerra de Albuquerque, dueño de la ABAFILM que, además de prestar los equipamientos, enseñó al fotógrafo su uso. Por lo menos en dos ocasiones estuvo junto a la banda de Lampião. Abrahán tuvo sus trabajos incautados por la dictadura de Getúlio Vargas, que en él vio un antagonista del régimen. Guardadas por la familia de libaneses Elihimas, en Pernambuco, las películas fueron analizadas por el Departamento de Prensa y Propaganda (DIP), un órgano de censura. Abrahão murio asesinado durante el Estado Novo, en Pau Ferro, actual Itaíba, el 09 de mayo de 1938. Murió apuñalado, sin que el crimen jamás se aclarara, tanto en la autoría como en la motivación, de donde se especula haber sido otra de las muertes que el sistema, como otras ocurridas en situación análoga, aunque existe la versión de que el fotógrafo sirio-libanés habría sido objeto de robo, por algún ladrón, aunque no levaba nada de valor encima.