Masha Ivashintsova fue una fotógrafa rusa de San Petersburgo, nacida el 23 de marzo de 1942 en Sverdlovsk, URSS. Ivashintsova, participó activamente en el movimiento clandestino de poesía y fotografía de Leningrado en los años sesenta y ochenta. Fue amante de los tres genios de la época: el fotógrafo Boris Smelov, el poeta Viktor Krivulin y el lingüista Melvar Melkumyan, con quien tuvo su hija Arya. Su amor por estos tres hombres, que no podían ser más diferentes, definió su vida, la consumió por completo, pero también la desgarró. Ella creía sinceramente que palidecía junto a ellos y, por lo tanto, nunca mostró sus trabajos fotográficos, sus diarios y su poesía a nadie durante su vida.
Luchando con la vida bajo el comunismo, a mediados de la década de 1980, Masha fue internada en un hospital psiquiátrico en contra de su voluntad, como una forma de alinearla con las filosofías de la URSS. Trabajando a lo largo de su vida como crítica teatral, bibliotecaria, asistente de guardarropa, ingeniera de diseño, mecánica de ascensores y escolta de seguridad, ella era un camaleon, siempre camuflando a su artista interior. Sólo a través de sus diarios y fotografías se pudo mostrar su verdadera personalidad. Murio de cancer el 13 de julio de 2000 en San Petersburgo, Rusia. Masha ha fotografiado prolíficamente durante la mayor parte de su vida, pero acumuló sus películas fotográficas y rara vez las revelo. Solo cuando su hija encontró unos 30,000 negativos en 2017, las obras de Masha se hicieron públicas. En este sentido, el trabajo y la historia de Masha Ivashintsova se han comparado con los de Vivian Maier.