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martes, 3 de abril de 2018
Guido Boggiani (1861-1901)
Guido Boggiani, nació en Stresa, Italia en 1861. Abandonó la carrera de derecho por el arte, y a los veinte años de edad ya expuso sus primeros cuadros, con gran éxito, en la inauguración del Palacio de Bellas Artes, en Roma. Siguió cosechando éxitos de crítica y premios, hasta que en 1887, dejó los círculos intelectuales de sabios, escritores y artistas, y se trasladó a la Argentina; al año siguiente llegó al Paraguay. Boggiani desarrolló allí una fecunda actividad repartida entre la ciencia y el arte; exploró una y otra vez la hostil naturaleza chaqueña estudió profundamente la etnografía referida a importantes parcialidades indígenas; chamacocos, caduveos (mbayá o guaicurú), guaná, tobas, lenguas, angaités, sanapanas. Mediante conferencias y publicaciones en revistas especializadas; en Asunción, Buenos Aires, Roma y comunicaciones a Congresos científicos, divulgó los valiosos resultados de sus investigaciones. Publicó artículos en defensa del idioma guaraní, y formó una valiosa colección de piezas y fotografías referidas a las parcialidades estudiadas. Boggiani fue animador de las actividades culturales del Instituto Paraguayo y Director de su Revista.
Allá por 1894, regresa a Italia, rico de sus colecciones etnográficas, adquiridas luego por los museos de Berlín y de Roma, concurre a cenáculos literarios, escribe para las publicaciones especiales, lee conferencias en las sociedades científicas, y edita, profusamente ilustrados, sus dos libros sobre los indios chamacocos y los caduveos, éste último el principal. Boggiani regresó al Paraguay en sucesivas entregas publicó Etnografía del Alto Paraguay, Discusiones sobre Filosofía Etnográfica y Geografía Histórica, con Manuel Domínguez y Compendio de Etnografía Paraguaya Moderna. Se internó de nuevo en el Chaco; pasaron casi 2 años, y no se tuvo más noticias de los expedicionarios. A no tenerese noticias de él, la colectividad italiana de Asunción armó una expedición de búsqueda al mando del español José Fernández Cancio. Este halló los restos del científico el 20 de octubre de 1904, los indios habían separado la cabeza para impedir que su espíritu siguiera haciendo "daño".
Había algo extraño en todo esto porque Boggiani había vivido anteriormente, durante años, casi en relaciones familiares con los Chamacocos. Da la impresión que los indígenas asesinaron por miedo, por paradójico que resulte, al hombre blanco que los quería, pero que toleraron entre sí durante demasiado tiempo, por temor a sus brujerías que habían causado ya la muerte de mucha gente. Le cortaron la cabeza para que su alma no se pudiera reunir con el espíritu de su cuerpo y hacer daño aún después de su muerte. Por las mismas razones destruyeron y enterraron sus enseres de brujo, la jeringa para inyectar, una goma de borrar, un tubo de permanganato, la máquina fotográfica con su soporte y las placas de vidrio. La pérdida o el robo del alma es una tragedia irremediable, una amenaza directa para la salud y la vida. Sus pertenencias fueron recuperadas por el explorador y botánico checo Alberto Vojtech Fric (1882-1944), que llegó al Paraguay pocos años después. En agradecimiento, Olivier, hermano de Guido, le obsequió los negativos y otros documentos que permanecen en Praga.